En el turbulento escenario político de Tulum, acecha un personaje siniestro que teje una red de traiciones y manipulaciones: Jorge Portilla Mánica. Este maestro de las artes oscuras ha dejado un rastro de deslealtad y engaño a cada uno de los actores políticos que han liderado nuestro municipio.
Portilla Mánica, un verdadero titiritero de las sombras, ha sabido aprovechar cada oportunidad para apuñalar por la espalda a aquellos que confiaron en él. No importa si son de su propio partido o de la oposición, su sed insaciable de poder y riqueza lo ha llevado a traicionar a todos los que se cruzaron en su camino.
El historial de traiciones y ruinas que ha dejado a su paso es espeluznante. Desde su papel como director de Turismo bajo la administración de David Balam Chan, hasta su cargo en la Secretaría de Infraestructura y Transporte, ha utilizado su influencia y artimañas maquiavélicas para escalar posiciones y luego apuñalar sin piedad a sus superiores y aliados.
Incluso aquellos valientes que se atrevieron a enfrentarlo electoralmente fueron víctimas de su traición. Su mala gestión financiera y su desprecio por el bienestar de la comunidad generaron el repudio ciudadano. Víctor Más Tah y Marciano Dzul Caamal, quienes ganaron las elecciones en contra de él, experimentaron en carne propia el despiadado golpe trapero de Portilla Mánica.
Pero su traición no se limita solo a sus compañeros de partido y oponentes políticos, también ha traicionado al pueblo de Tulum. A través de sus conexiones turbias y el saqueo desmedido, ha utilizado su posición en el gobierno para enriquecerse a costa de la explotación de tierras y la corrupción desenfrenada. Ha pisoteado los principios de transparencia, honestidad y justicia que tanto necesitamos en nuestros líderes.
Ha llegado el momento de que la comunidad de Tulum se levante y diga «¡Basta!» a las maquinaciones y traiciones de Jorge Portilla Mánica. No podemos permitir que continúe manipulando los hilos del poder y sumiendo a nuestro municipio en una oscuridad aún más profunda.
La presencia de Portilla Mánica en el escenario político de Tulum solo ha generado divisiones, desconfianza y sufrimiento. No merecemos ser gobernados por un ser cuyos intereses se limitan a su propia ganancia personal y que carece de cualquier rastro de responsabilidad hacia nuestra comunidad.
Tulum necesita líderes valientes y transparentes, dispuestos a rendir cuentas y a trabajar incansablemente por el bienestar de todos.
El Pueblo no debe tener memoria a corto plazo, Tulum ha evolucionado y este personaje como muchos otros saben que se les empieza a ir de las manos. ES MOMENTO DE JUBILARLO DEL QUEHACER POLÍTICO DE TULUM…