Por Félix López, director de operaciones de Eurekk’a, empresa de divulgación científica.
El cerebro funciona como un motor de búsqueda y selecciona palabras y recuerdos en función de su relevancia. Usa estrategias de motores de búsqueda en Internet para recordar palabras y recuerdos de experiencias pasadas. Ordenan resultados en función de las expresiones y vivencias más significativas y, al igual que los buscadores, se guían por los sitios más visitados.
Así, al hablar y escribir llegan a la mente una enorme cantidad de palabras, pero elegimos solamente algunas de ellas para expresar aquello que queremos comunicar. Un estudio del National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS) sugiere que el cerebro utiliza una metodología similar a la empleada por los motores de búsqueda en Internet para detectar las palabras precisas para cada situación.
Los investigadores creen que la selección de las palabras no es fortuita, sino que se sustenta en una búsqueda exhaustiva que realiza el cerebro a partir de términos almacenados en las redes neuronales encargadas de la memoria. Eso serviría para entender las causas por las cuales usamos en mayor medida algunas palabras respecto a otras.
Así, algunas palabras son más recordadas que otras porque el cerebro las selecciona utilizando estrategias similares a las de un sofisticado motor de búsqueda en Internet. Las elige a partir de recuerdos y experiencias conectados a redes neuronales concretas y así crea rápidamente frases y oraciones ideales para un contexto determinado.
Anteriormente se pensaba que algunas palabras se empleaban en mayor medida por estar ligadas a situaciones culturales o de aprendizaje, pero ahora sabemos que existe una causa cerebral específica para explicar este fenómeno. Parece crucial entonces comprender el funcionamiento de las redes neuronales implicadas en la memoria y el habla.
Los científicos realizaron una prueba de memoria a un grupo de pacientes con epilepsia, descubrieron que algunas palabras eran recordadas con mayor facilidad que otras, sin que importara demasiado las relaciones entre ellas. En concreto, comprobaron que dentro de un total de trescientas palabras solamente cinco de ellas sobresalían claramente del resto al momento de ser recordadas.
Para profundizar en este sentido, efectuaron una prueba similar con voluntarios sanos, que arrojó resultados similares con respecto a la forma en la cual algunas palabras son seleccionadas recurrentemente. También emplearon grabaciones de ondas cerebrales y análisis de palabras que aparecen en una enorme cantidad de publicaciones impresas y en línea.
Los especialistas creen que las experiencias vividas y los recuerdos son fundamentales en el ordenamiento que efectúa el cerebro al momento de estructurar el discurso, convirtiéndose de esta manera en una especie de guía para conectar las redes neuronales que intervienen en el proceso.
Esto es: las palabras más recordadas provienen de áreas de mayor tráfico en las zonas cerebrales destinadas a la memoria, pero la conformación de estos centros neuronales podría variar entre las personas en función de recuerdos o experiencias significativas en cada caso. Del mismo modo, las relaciones semánticas o de proximidad por significado también se regirían por los mismos patrones.
En conclusión, el cerebro utilizaría una estrategia similar a la de los motores de búsqueda en Internet, que ordenan sus resultados en función de los sitios más visitados. De esta forma, las palabras que más empleamos llegarían directamente de ciertos núcleos neuronales que concentrarían el tráfico de nuestra memoria.
Al tener en cuenta la trascendencia que tienen los recuerdos y las experiencias en la conformación de nuestra identidad, los investigadores creen que al conocer más sobre este complejo mecanismo cerebral se podrá avanzar en nuevos tratamientos ligados a patologías mentales como la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.