Por Ivette Estrada
La comunicación es parte esencial de la gestión y tiene un relevante rol en dar a conocer y alinear los objetivos de cada colaborador y puesto de trabajo a la misión corporativa. También traza, de manera fidedigna, las prioridades corporativas.
Según el Latin American Communication Monitor (LCM), el estudio científico más prestigioso en América Latina sobre comunicación estratégica y relaciones públicas, estas acciones marcarán las tendencias de comunicación en los próximos años:
- Las acciones sobre la diversidad, equidad e inclusión (DEI) refuerzan la confianza de los stakeholders. DEI se consolida como parte esencial de la gobernanza y tiene implicaciones directas en las políticas corporativas de confianza y credibilidad. Más aún, ya es parte sustancial de los informes anuales y un punto imprescindible en la consolidación del talento.
- El liderazgo empático aumenta el compromiso, mejora la salud mental y disminuye la rotación laboral. No se trata solamente del cumplimento de una Norma, es un elemento esencial que asegura el compromiso de colaboradores y empleados y marca el nivel de innovación, adopción de nuevas tecnologías, grado de omnicanalidad y otras métricas sustanciales para el crecimiento de mercado.
- La digitalización (CommTech) tendrá un impacto transformador en la profesión y los métodos de trabajo. La adopción tecnológica no tiene retroceso. Acaparará el trabajo más rutinario para generar enriquecimiento en tareas sustanciales que generen diferenciación y personalización de productos y servicios.
- Los beneficios de usar CommTech de diferentes maneras superan ampliamente sus posibles inconvenientes y riesgos. Para ello se necesita analizar en qué áreas específicas puede empezar a implementarse en lugar de hacerlo de manera genérica y carente de métricas.
- La consultoría externa en comunicación representa la mitad de la actividad y se vuelve más diversa y compleja en términos de calidad. Requiere un conocimiento pleno de la empresa, sus públicos y necesidades y expectativas para generar valor. La individualización es el punto de partida para lograrlo.
- Fortalecer el rol de la función asesora de comunicación para apoyar decisiones de altos cargos es un tema estratégico clave. Es la que permite la resiliencia después de una irrupción y permite los virajes en tiempo real para satisfacer nuevas condiciones y necesidades de mercado. También, la comunicación, guía el trabajo y rumbo de la empresa.
- Se profundiza la necesidad de conectar las estrategias de la organización con la comunicación. Es una tarea fundamental para generar avances. Ambas son áreas estratégicas para asegurar la permanencia de mercado y responder a necesidades sociales.
- La sostenibilidad permanece fuera del top-five de prioridades en la gestión de la comunicación. Sin embargo, es una acción que ganará protagonismo en el corto plazo y deben irse analizando los parámetros para unificar informes de sustentabilidad, medio ambiente y gobernanza si queremos librarnos de la obsolescencia en el porvenir inmediato.
- Las mujeres ganan menos: la brecha salarial de género continúa siendo un desafío en la profesión. La profesionista en este campo tiene de nueve a 17 por ciento menos compensaciones retributivas respecto a sus pares. En economías en desarrollo la cifra asciende hasta a 30 por ciento.
- La búsqueda de excelencia en comunicación, un vector de competitividad en crecimiento para el sector, se reinventa de manera continua. Cada vez ejerce mayor influencia en cada uno de los puestos de la organización y en cada uno de los puestos de trabajo.
Finalmente, vale mencionar que la comunicación se vuelve altamente relevante en empresas de todos los sectores productivos porque ante las irrupciones a nivel macro y una incertidumbre generalizada en todas las geografías, se convierte en brújula y certeza de la organización y de sus stakeholders.