Por Ivette Estrada
Adivinar el futuro puede guiar a mejores decisiones y catapultar los aciertos de una marca. Por ello, el estudio Marketing Strategy & Media Investment 2024 -2025 de Interactive Advertising Bureau (IAB), presenta las pautas de transformación continua en las estrategias publicitarias. Esto en medio de un entorno cada vez más digitalizado.
En la medida que los anunciantes priorizan ahora tanto la construcción de marca como la adopción de canales digitales, logran fidelizar a audiencias en un mercado saturado y altamente competitivo. Este enfoque en la digitalización subraya cómo los canales online dejan de ser una opción complementaria para convertirse en un pilar fundamental de las estrategias de marketing.
En este contexto, el uso de datos propios (First Party Data) cobra gran relevancia, especialmente ante la eliminación de las cookies de terceros y el aumento de regulaciones de privacidad. Esta tendencia exige a las marcas desarrollar capacidades internas de recolección y análisis de datos. Se asegura así una conexión más directa y personalizada con los consumidores.
De manera simultánea, la ética y transparencia en el manejo de datos se consolidan como elementos esenciales para construir confianza y lealtad. También permiten cumplir con las expectativas de los consumidores sobre la protección de su privacidad.
La adopción de tecnologías emergentes, por otra parte, en la que destaca la Inteligencia Artificial (IA) y la Realidad Aumentada (RA), también se convierten en una prioridad estratégica, ya que permiten a las marcas optimizar campañas y personalizar experiencias a gran escala.
Estas tecnologías no solo aportan eficiencia operativa, también posicionan a las marcas en la vanguardia de la innovación digital. Así ofrecen una ventaja competitiva para aquellas que las integran de manera efectiva en sus estrategias de comunicación y engagement.
En cuanto a la medición, los anunciantes afinan sus métricas para capturar el impacto de sus campañas en cada etapa del funnel. Esta atención a la precisión en la medición responde a la necesidad de evaluar el impacto de las campañas de forma integral, especialmente en un entorno omnicanal que exige optimización en tiempo real.
Por otra parte, las campañas con influencers y creadores de contenido ahora demuestran ser eficaces en captar la atención de audiencias específicas y generar engagement, lo que las consolida como herramientas clave dentro de las estrategias de marketing digital.
Finalmente, los anunciantes enfrentan desafíos significativos debido a factores externos como la inflación, regulaciones en el mercado publicitario y crecientes demandas de sostenibilidad y responsabilidad social. Estos elementos requieren que las estrategias sean adaptables y alineadas con los valores y expectativas sociales, lo que le proporciona a a las marcas una oportunidad para destacarse mediante un enfoque ético y consciente.
En suma, el éxito en 2025 dependerá de la capacidad de las marcas para equilibrar innovación, ética en el manejo de datos y adaptabilidad ante un entorno regulado y en constante cambio. La construcción de marca se vuelve una tarea fundamental del futuro inmediato.
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