Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
El cumplimiento de los lineamientos y políticas impuestas por el neoliberalismo no llevaron al bienestar colectivo. El resultado fue que la riqueza en lugar distribuirse se concentró aún más en pocas manos. Grandes sectores de la clase media se hundieron en la pobreza, millones emigraron en busca de trabajo y un importante porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) sólo encontró ocupación en el sector informal.
En los años 70 se amplió la oferta de la educación superior. En ese momento un título universitario representaba una posibilidad de acceder a mejor nivel de vida, pero eso no sucedió.
Hoy el desempleo aqueja a 40% de los egresados y suman más de tres millones. Por cada oferta de trabajo formal están cuatro egresados en espera de empleo. El trabajo perdió su valor. Quienes consiguen emplearse perciben salaros muy bajos y prefieren buscar empleos en otras actividades distintas a las que estudiaron.
Al mismo tiempo, muchos emigran a Estados Unidos. En 2020 vivían 465 mil profesionistas mexicanos con licenciatura y 125 mil con posgrado.
La permeabilidad y movilidad social, que significó en el pasado la posibilidad de ascender de una clase social inferior a otra superior, siempre y cuando se tuviera preparación, ya no es una posibilidad, pues hoy los pobres son más pobres y cada vez se suman a ellos cientos de miles.
El modelo neoliberal les retiene su riqueza, los proletariza y arroja al desempleo, delincuencia o informalidad.
A nivel internacional, con la aplicación de las políticas neoliberales hubo un éxito inicial, ya que en los últimos treinta años el PIB mundial se multiplicó por seis y el de Estados Unidos por 5.5. Pero no ocurrió lo mismo con el bienestar de la población mundial y estadounidense que se empobrece cada día más.
En Estados Unidos crece el desempleo y la deuda supera al PIB anual. Es decir, después de un éxito temporal la economía se paralizó y a partir de 2008 creció a un promedio de 0.6%. Hoy las principales economías capitalistas están paralizadas. Inclusive Japón presenta 20 años de estancamiento.
Las consecuencias generan empobrecimiento, desesperación e irritación social. Los pueblos protestan con creciente violencia porque el modelo neoliberal resulta altamente concentrador del ingreso e incide en el conflicto social.
En conclusión, en tanto imperen las leyes de la economía capitalista, globalizada y neoliberal, y no se establezcan mecanismos correctivos, políticos y sociales, la tendencia a la pobreza de la clase media es irremediable.
Está en la naturaleza del capitalismo evolucionar hasta la concentración y no hacia la “democratización” económica.
Ante esta ley, el esfuerzo de las personas fracasará en la inmensa mayoría, pues se enfrenta a formidables intereses, a los dueños de la riqueza y el poder político.