CONTEXTOS/ Transformación del mercado laboral

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas CESCIJUC.

Vivimos un tiempo sin precedentes. Distintos cambios reconfiguran la manera en la que interactuamos y trabajamos. La tecnología, a la par, establece sesgos no imaginados de lo que hacemos y redimensiona lo valioso de los sustituible y automatizado. En medio de profundos cambios, asimismo, emergen disparadores de una revolución en el mundo laboral.

Uno de los factores que altera el concepto tradicional del trabajo es la irrupción de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial. Se trata de una herramienta que bifurcará a los trabajadores entre triunfadores y perdedores.

En estos últimos están quienes realizan tareas rutinarias y fácilmente remplazables a través de alguna forma de automatización. Sin embargo, quienes empleen la tecnología para catapultar su desempeño y se enfoque en tareas que requieren habilidades eminentemente humanas como el cuidado, la comunicación o negociación, podrán incrementar sus ingresos y diversificar su trabajo.

Inicialmente se asumió que los profesionistas con mayor nivel educativo y creatividad serían los afectados en esta “masificación” tecnológica, pero el comportamiento de mercado siguió la pauta de las revoluciones anteriores: es benéfica para quienes están más preparados.

Sin embargo, esto ensancha la brecha en el mercado laboral. No se trata ya de si se adopta o no la tecnología, sino la velocidad y eficiencia con la que se hace.

Por otra parte, el trabajo remoto marca una nueva realidad. Los trabajos híbridos se imponen en distintos sectores y, nuevamente, las plazas con menores pagas son las que presentan menores oportunidades de disfrutar de esquemas que permitan balancear la vida personal y laboral. Unos trabajan por objetivos, otros permanecen en el pernicioso esquema de horas-hombre.

Esto, mientras a nivel mundial se trata de garantizar el dominio de tecnologías como la Inteligencia Artificial a través de certificaciones y cursos que formalicen conocimientos y destrezas de esta herramienta.

Estas dos últimas tendencias, el trabajo remoto y el auge tecnológico, ahora impulsan las ciudades digitales donde trabajadores de economías desarrolladas se instalan en distintos países durante meses y cambian el valor de rentas, alimentos y otros insumos, lo que podría afectar a los nativos que no tienen el mismo monto de ingresos que ellos.

Al perfilar el futuro del trabajo no se puede desdeñar el papel que jugará la economía gig o de freelancers, sobre todo quienes emplean plataformas digitales como Uber o linkedin, sometidos continuamente a evaluaciones y pruebas, lo que incrementa su vulnerabilidad. En el usuario de estos trabajos “por encargo” no parecen visualizarse grandes beneficios.

Ante estos cambios, los sistemas de gestión y recompensa de varias compañías se enfocan ahora en el dominio de ciertas destrezas que se aseguran con los títulos universitarios y en la contratación de nuevos colaboradores se pone mayor énfasis en las actitudes y dominio de habilidades blandas.

El trabajo por proyectos, pese a los inconvenientes que en la fuerza laboral puedan tenerse, parece ser una de las vertientes más certeras del futuro.