Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no filantrópicas.
La consciencia verde se expande y consolida en el mundo. Estas son las principales tendencias que se arraigan en este 2025:
Cadena de valor sostenible: Las cadenas de suministro representan uno de los eslabones más vulnerables en la gestión. Dos tercios de la contaminación generada por las industrias proviene de estas y con la entrada en vigor de las Normas de Información de Sostenibilidad, emitidas en 2024, para 2025 las PYMES entrarán en una nueva era y las compañías deberán empezar a reportar aspectos Ambientales, Sociales y de Gobernanza dentro de su organización.
Para ello, es importante medir los impactos ambientales, sociales, optimizar sus insumos a través de la diversificación de estrategias de negocio, implementar políticas logísticas internas y adaptarse a nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia y reduzcan el impacto ambiental.
La segunda tendencia es la atención a clientes evolutivos. Las necesidades de consumo de los compradores en México se transforman hacia enfoques más sostenibles y demandantes en términos de transparencia de la información sobre lo que adquieren, la manera en que fue fabricado, distribuido e incluso el impacto que tiene en diversas comunidades.
Tomar en cuenta el medioambiente es casi tan importante para los compradores (50%) como lo es el precio (61%).
Una tercer tendencia es la ciberseguridad como clave de desarrollo: En la aplicación de criterios de sustentabilidad, la previsión de riesgos internos y externos también es fundamental. La protección de datos industriales debe convertirse en una prioridad para las compañías que buscan mejorar su enfoque socioambiental.
Hoy, más del 66% de las empresas en México no cuenta con programas o proyectos de ciberseguridad y esto puede generar pérdidas económicas importantes, daño a la reputación empresarial, disminución de clientes y hasta pérdida de la confianza de inversionistas, compradores y colaboradores.
La cuarta tendencia se refiere a la diversificación de talento. Las industrias en México tendrán que adaptar sus procesos de reclutamiento a prácticas más inclusivas en términos de género, talento y derechos humanos.
Aquellas que no adapten sus políticas de responsabilidad social podrían enfrentar dificultades para atraer talento joven o especializado, al ser un factor crucial para inversionistas y organismos reguladores.
Y la quinta tendencia es Net Zero como meta. Es decir, se estima que las industrias adopten estrategias más centradas en temas de transición energética, reducción de residuos y tecnologías limpias, todo ello en una búsqueda de mejora e innovación de procesos. Esto será especialmente importante para aquellas compañías que buscan reducir la contaminación de su operación.
En suma, a partir de 2025, la industria deberá adaptarse a las crecientes presiones sociales y regulatorias. El enfoque hacia un modelo medio ambiental les ayudará a consolidar sus compañías como pilares fundamentales de desarrollo.
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